La comunidad residencial de Sant Julià de Tartera es un proyecto idóneo para los grandes conocedores de la Cerdaña auténtica. Familias que saben apreciar la luz y la privacidad, el plus de calidad que aportan unas vistas despejadas y el silencio y la armonía que rodean este proyecto.
Las viviendas de entre 170 y 177 m2 son independientes para garantizar la total intimidad, su orientación es excelente proporcionando largas horas de luz natural y vistas inmejorables. Además, todas las viviendas disponen de parking y trasteros privados ‘tipo box’ en sótano.
Los jardines son privados de entre 120 y hasta 390 m² y la distribución interior es amplia, con los dormitorios y salón.